miércoles, 28 de abril de 2010

Unas obras de arte: motocicletas Confederate


Unas obras de arte: motocicletas Confederate 

 










La moto rebelde puede ser la definición de este bello aparato, construido en su gran mayoría en aluminio de aviación tallado con máquinas precisas, cuyas formas, ingeniería y precio no tienen igual.
De cada moto se hacen solo 50 unidades que cuestan un promedio de 75 mil dólares cada una.
A diferencia del mundo de los automóviles en el cual lograr hacer un modelo individual y específico es una tarea titánica y totalmente anticomercial, en las motos el campo para la exploración y la creación está más que abierto.

Las motocicletas "custom", hechas al gusto y capricho de cada persona son una moda y en Estados Unidos una epidemia entre sus adictos pues hay muchísimas, pero centenares de empresas,
que venden accesorios y kits motrices, con todos los tonos y niveles de cromado y sofisticación para que la gente los coloque
en marcos o chasises de su concepción y los forren con 'carrocerías' a cual más exóticas. Los programas de televisión de Paul John Teutul, padre e hijo, han popularizado y difundido esta nueva cultura de motos, más que personales, conceptuales pues
siempre están ligadas a alguna marca o suceso.

Aunque pertenecen a ese mundo de motos exóticas, las máquinas de "Confederate" son un hemisferio aparte. La concepción mecánica es absolutamente exclusiva y no se mueve alrededor de medidas o materiales conocidos sino que apela a una ingeniería que no tiene comparaciones ni referencias.

Todo el marco y piezas de la moto, salvo las obligatorias del motor, transmisión y frenos, están diseñadas con base a tallar las partes en un aluminio especial, conocido como 6061, que se usa en componentes muy especiales de los aviones. De paso, con todas esas partes a la vista y unidas de una manera espectacular, la moto es totalmente ¿naked¿ o desnuda, pues sería un crimen pretender ponerle carenajes a semejante obra de arte mecánico.

Las motos de esta firma son hechas bajo pedido y en mínima cantidad. No hay más de 50 unidades de cada modelo que lleva 800 horas/hombre de trabajo. La gran mayoría de las partes son fabricadas usando fresadoras y sofisticadas herramientas automáticas de control numérico para garantizar su perfecto ajuste y presentación.

En el modelo que presentamos en la foto principal, conocido como el P120 Fighter, instalaron en el centro un motor de presentación muy retro, pues un doble cilindro en V de 2.000 cm3 de desplazamiento que genera 160 caballos de potencia con 135 lbs/pie de torque. Para un peso final de 460 libras con 4 galones de
gasolina a bordo, las cuentas de la relación peso/potencia son bastante agresivas.

El complemento mecánico es de lujo. Usa frenos Brembo de cerámica con cuatro pistones por pinza, rines en fibra de carbono de 19x3 adelante y 18x8 pulgadas atrás, con las respectivas ruedas de Pirelli. La caja es de cinco adelante con relaciones acercadas y las suspensiones se controlan con amortiguadores Penske y resortes hechos en titanio, entre otras características.

Ni la Fighter ni los otros modelos tienen medidas estrambóticas pues se basan en una concepción para velocidad y no "chopper",
tanto así que apenas tiene una minúscula silla para el piloto que puede darse este exclusivo lujo y placer después de pagar nada menos que 75.000 dólares por su aparato, mal contados 150 millones de pesos locales, sin impuestos.
Los inventarios son mínimos: De la F120 hay solo siete unidades disponibles y del modelo Wraith quedan apenas materiales para ensamblar las dos últimas. La Hellcat está agotada y las 50 piezas ya están en los anaqueles de coleccionistas.

La firma no es joven pues la crearon en 1991 en Baton Rouge, Luisiana, Estados Unidos, alrededor de las ideas de Matt Chambers, quien se declara como defensor del arte de la rebelión.
Por lo menos, por la manera como concibe sus motos, está por fuera de todos los cánones y pone un punto totalmente diferente en un universo lleno de lugares comunes.

Si se anima por una de las piezas pendientes o de las futuras, a través de www.confederate.com puede hacer las diligencias respectivas para consignar su cheque.
Una empresa con principios
La filosofía de Confederate Motorcycles es revolucionaria no solo en formas sino también en conceptos, pues trabaja desde los planos de las motos hasta la realidad con ideas únicas y que pueden ir en contravía con la ingeniería purista de estos vehículos, cosa que las hace más valiosas.

De ahí que en su catálogo y declaración de principios, cita célebres frases que la describen muy bien. Por ejemplo: "El asunto no es quién me deje arrancar sino quién me va a detener": Ayn Rand

"Una vez que accedes a alguna concesión, nunca la podrás cancelar ni poner las cosas de nuevo como estaban": Howard Hugues

"La gente de realizaciones rara vez se recuestan y esperan que las cosas pasen. Siempre salieron y se anticiparon a las cosas": Leonardo da Vinci
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"Si todos piensan como usted, entonces alguien no está pensando": General George S. Patton
Los tanques de gasolina y aceite son hechos en el mismo material del chasís y son parte de la estructura de la moto. Las vistas laterales dan una buena idea de la impresionante maquinaria.
Todas las piezas son fabricadas partiendo de diseños computarizados con herramientas de control numérico que dan una perfecta medida y el acabado que se aprecia. Arriba, una moto prototipo en diseño y abajo el modelo B120 Wraith.

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